Este juego es otra diversión criolla traída por los conquistadores españoles y ha perdurado hasta nuestros días. Consiste en pasar a caballo bajo un marco de madera del que pende, apenas atada, una sortija. A toda carrera del animal cada jinete debe retirar la sortija enganchándola con un palito. Si lo logra, recibe un premio y el aplauso festivo de la concurrencia.
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